Cuentos, Mitos y Leyendas de Bolivia mas populares

Existen una gran cantidad de leyendas de Bolivia   que hablan a cerca de la percepción de los habitantes con la naturaleza y el origen de la vida.

Estas se diferencian dependiendo la región, existen leyendas andinas, leyendas orientales y del chaco Boliviano.

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    Leyendas Bolivianas desde tiempos antiguos

    Estas son algunas de las leyendas bolivianas de los andes.

    -> La leyenda de la Kantuta

    La kantuta es la flor nacional de Bolivia. Cuenta la leyenda que hace mucho tiempo vivían dos reyes incas, Illimani e Illampu, ambos eran muy ricos y poseían amplias tierras en el kollasuyo (ahora el altiplano Boliviano) cada uno de ellos tenía un hijo.

    Celosos de la riqueza del otro, uno de los reyes planeó un ataque en contra del otro y en el combate ambos quedaron heridos de gravedad.

    Ambos de sus hijos no habían estado de acuerdo con la guerra desde el principio, más cada uno en su lecho de muerte les hizo prometer que vengarían sus muertes peleando entre sí.

    Atados por la promesa de sus padres, una segunda batalla se suscitó, y como la historia siempre se repite, ambos se hirieron de mortandad.

    Sin embargo, a diferencia que sus padres, ambos príncipes se pidieron perdón mutuamente y pidieron a sus sirvientes que los entierren uno al lado del otro en aquel campo de batalla.

    Pachamama (la madre tierra) se les apareció a los príncipes antes de morir y les dijo que ellos no deberían ser castigados por los errores de sus padres, así que causó que las estrellas de sus padres cayeran del cielo, al caer del cielo formaron grandes montañas cubiertas de nieve que todavía se pueden ver en el altiplano, las cuales llevan los nombres de illimani e Illampu y son las montañas más altas de la región.

    Se dice que los ríos que se formaron de su deshielo son en realidad sus lágrimas remordimiento que fertilizan los valles donde ahora crece la kantuta.

    La kantuta es considerada un símbolo de unidad por sus colores: amarillo y rojo que son los colores que vestían los príncipes y el verde que representa la unidad.

    -> Leyenda de la Coca

    En el tiempo en que habían llegado los conquistadores blancos se vivieron tiempos crueles  y sangrientos. Las ciudades fueron destruidas, los cultivos abandonados, los templos profanados y quemados y los tesoros sagrados arrebatados.

    El inhumano conquistador, cubierto de hierro y lanzando rayos mortales de sus armas de fuego, perseguía por las sendas y apachetas a los desdichados indios

    Un viejo llamado kjana-chuyma que estaba, al servicio del templo de la isla del Sol, había logrado huir antes de la llegada de los blancos llevándose los tesoros sagrados del gran templo.

    Logro poner a salvo el tesoro en un lugar oculto de la orilla oriental del lago Titicaca hasta que un día los vio llegar.

    Rápidamente decidió arrojar  todas las riquezas en el sitio más profundo de las aguas. Pero cuando llegaron los españoles, que ya sabía que kjana-chuyma se había traído consigo los tesoros del templo de la isla, lo capturaron para arrancarle por la fuerza el ansiado secreto.

    Kjana-chuyma se negó a decir una palabra y sufrió con entereza los terribles tormentos a que lo sometieron. Azotes, heridas, quemaduras, todo lo soporto el viejo adivino sin revelar nada de cuanto había hecho con el tesoro.

    Al fin los verdugos, cansados de atormentarle inútilmente, le abandonaron en estado agónico para in por su cuenta a escudriñar por todas partes.

    Esa noche, el viejo en dolorosa agonía, soñó que el dios Sol se le  aparecía por y le decía: “Hijo mío, tu abnegación para resguardar mis objetos sagrados, merece una recompensa. Pide lo que desees, que estoy dispuesto a concedertelo.”

    El viejo le respondió: ¿Qué otra cosa puedo yo pedirte sino la redención de mi raza y el aniquilamiento de nuestros infames invasores?

    El sol le contesto: Lo que me pides, es ya imposible. Mi poder ya nada puede contra esos intrusos; su dios es más poderoso que yo. Por eso, también yo debo huir a refugiarme pero antes de irme para siempre, quiero concederte algo que esté aún dentro de mis facultades.

    Con pena el viejo le respondió al sol: con sumo cuidado pensare en lo que voy a pedirte.

    En la hora de su muerte el viejo sentía más pesadumbre e imaginaba los tiempos de dolor y amargura que el futuro deparaba para sus compatriotas.

    Así que  resolvió pedirle, un bien durable, para dejarlo de herencia a los suyos; algo que no fuera de valor para que el blanco ambicioso. Un consuelo secreto y eficaz para los incontables días de miseria y padecimientos.

    Kjana- chuyma  con sus ultimas fuerzas de dijo al dios sol: Quiero que mis compatriotas tengan algo con que resistir la esclavitud angustiosa que les aguarda.

    -Bien,- respondió el sol- mira en torno tuyo ¿ves esas pequeñas plantas de hojas verdes y ovaladas? La he hecho brotar por ti y para tus hermanos. Ellas realizaran el milagro de adormecer penas y sostener fatigas.

    Di a tus hermanos que, sin herir los tallos, arranquen las hojas y después de secarlas, las mastiquen. El jugo de esas plantas será el mejor narcótico para la inmensa pena de sus almas.

    En sus últimos instantes de vida, reunió a sus compatriotas y les dijo:

    -hijos míos. Voy a morir, pero antes quiero anunciaros lo que el INTI, ha querido concederles en su bondad: Subid al cerro próximo.

    Encontrareis unas plantitas de hojas ovaladas. Cuidadas, cultivadas. Con ellas tendréis alimento y consuelo. En las duras fatigas, mascad esas hojas y tendréis nuevas fuerzas para el trabajo.

    En los interminables viajes que les obligue el blanco, mascad esas hojas y el camino os hará breve y pasajero.

    En los momentos en que vuestro espíritu melancólico, esas hojas adormecerá vuestra pena y os dará la ilusión de creerlos felices.

    Cuando queráis escudriñar algo de vuestro destino, un puñado de esas hojas lanzado al viento os dirá el secreto que anhelamos conocer.

    Su jugo, que para vosotros será la fuerza de la vida, para vuestros amos será vicio repugnante y degenerado: mientras que para vosotros los indios será un alimento casi espiritual, a ellos les causará la idiotez y la locura.

    Después de estas palabras, el viejo kjana-chuyma quedó sin vida.
    Después de llorar su muerte, los indios lo enterraron dentro de un cerco de las plantas verdes y misteriosas y recogiendo cada cual un puñado de las hojitas ovaladas se pusieron a masticarlas.

    Entonces se realizo la maravilla. A medida que tragaban el amargo jugo, notaron que su pena inmensa se adormecía lentamente…

    De igual manera, las culturas del oriente del país tienen mitos y leyendas de Bolivia que hablan sobre el origen de las cosas de acuerdo a sus creencias.

    -> Origen del Maíz

    Un día el dios de los guaraníes Ñandú Tampa se encontró a unos mellizos, Guaray (sol) y Yasi (luna), jugando solos en el monte.

    Al verlos pensó que serían buena compañía para el dios padre Ñanderu Tampa y velozmente los atrapó y se fue volando a entregarlos.

    La madre de los mellizos escuchó los gritos de sus hijos y corrió hacia ellos, pero no pudo sino tomarlos de los pulgares del pie, que se quedaron en sus manos mientras el dios Ñandú seguía llevándoselos por los cielos.

    Tiempo después, al escuchar los llantos de la triste madre el dios Ñanderú le ordenó en sueños a la madre que sembrara los pulgares de sus hijos.

    Después de un período de sol y lluvia, comenzaron a crecer grandes plantas con forma de lanza del lugar en donde enterró los dedos de los mellizos.

    De estas plantas comenzaron a salir frutos con granos de distintos colores: amarillos, blancos y morados, como regalo del dios padre.

    -> El Guajojó

    En la selva boliviana, después de la puesta del sol, se escucha el canto del guajojó.

    Se dice que es suena como un llanto, un sonido desgarrador que deja trastornado a quien lo escucha.

    El guajojó es un ave, pero según cuenta la leyenda, antes fue una bella mujer.

    Era la hija de un cacique que se enamoró de un hombre de su misma tribu. Al enterarse, su padre utilizó sus poderes de hechicero para matar al pretendiente en el espesor de la selva por no considerarlo digno.

    Cuando la hija del hechicero comenzó a sospechar por la prolongada ausencia de su amado, fue a buscarlo.

    Al encontrar los restos del crimen amenazó a su padre con denunciarlo ante la tribu. Para protegerse, el cacique la convirtió en ave. Desde entonces está por allí llorando la muerte de su amado.

    Créditos

    – Imagen de portada Herbert Brant en Pixabay

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